lunes, 16 de marzo de 2020

Cómo sobrevivir al confinamiento


¡Saludos, compañeros recluidos! 

Lunes 16 de marzo, 19:04

Como todos sabemos, el pasado sábado se decretó el estado de alerta para la contención de la amenaza presente. Casi toda la población lo supo prever, aunque unos lo llevaron mejor que otros (véase el saqueo de supermercados). Parece que la mayoría estamos concienciados con el problema y estamos poniendo las medidas necesarias, de lo cual me alegro. 

Personalmente lo estoy llevando bastante bien. El jueves me encontraba en el centro donde voy a clases de inglés cuando se dio el aviso de que las clases quedaban canceladas. Tan solo unos veinte minutos después recibí una llamada de mi jefa, contándome que una persona que había visitado mi centro de trabajo estaba infectada. Por suerte esta persona había ido al día siguiente de que yo estuviera ahí por última vez, de modo que no tuve contacto directo ni indirecto con el afectado. Sin embargo en ese momento se inició en mi una preocupación, a la que siguió un dilema ético: ¿debería acudir a trabajar ese fin de semana?
Por supuesto en mi centro de trabajo se había activado un protocolo de actuación pero yo no me sentía segura. Quería cumplir con mi deber pero también proteger a las personas de mi entorno, entre las cuales hay bastante vulnerables, y después de que me dijera mi madre que prefería que no fuera a trabajar, me decidí a no hacerlo. 

Como resultado de todo esto y con lo que ya sabemos sobre el estado actual, llevo desde entonces encerrada en casa (como todo el mundo, querida) y además de presenciar momentos emotivos como aplausos colectivos, seguir las noticias, el avance de los contagios y hablar con familiares y amigos por WhatsApp, también estoy teniendo mucho tiempo para mí. Excesivo, tal vez.

Me estoy planteando muchas cosas, como qué va a pasar con la economía y los puestos de trabajo, cómo va a afectarme esta crisis, a qué oportunidades puedo sacarles provecho...  pero lo que no estoy haciendo es escribir. Porque no escribo desde hace mucho, apenas he subido cuatro entradas desde que empezó el año, y sobre proyectos mejor no hablo. 

Así que hace media hora, en un descanso de otra actividad, he salido al balcón con mi novio a tomar el aire. Nos hemos dado cuenta de que empezamos a saturarnos y de que necesitamos salir de casa. Está claro que no podemos, pero yo he pensado que lo que mejor me puede sentar ahora es esto: escribir. 
Siempre os digo que cuando estéis tristes, angustiados, nerviosos o enfadados, cojáis papel y boli y lo soltéis todo, y yo no lo estoy haciendo porque he perdido el hábito de escribir. MAL.

Pero lo voy a hacer ahora. Mi manera de aliviar la "frustración" de no salir de casa, por el momento está siendo contaros cómo lo estoy viviendo. También es mi forma de deciros que si os está pasando lo mismo, es totalmente normal y comprensible. No os estáis volviendo locos, pero debéis ser pacientes y cuidar vuestra salud mental (de la física nos hablan mucho ya).


No os privéis de desahogaros mediante la palabra, hablando con vuestros seres queridos y siempre de manera respetuosa.

Escribid sobre cómo os sentís, lo que queréis hacer y sobre lo que echáis de menos.

Reflexionad sobre vuestro presente y vuestro futuro, sobre vuestro trabajo, relaciones y especialmente sobre vuestra felicidad.

Iniciad nuevos hobbies, y si encontráis una manera de sacarles rentabilidad, mejor.

Contad historias a vuestra familia, ficticias o personales. Es un buen momento para dejaros conocer a la vez que trabajáis en vuestra afición/ talento.

Y POR FAVOR (esto necesita un apartado adicional): ¡¡LEED!!

¿Cuántos libros cubiertos de polvo hay en vuestras estanterías? ¿Cuántas veces habéis pensado que ya os leeréis ese libro que os regalaron en navidad?
No hay momento mejor que este.

Yo lo estoy haciendo. No solo por entretenimiento, sino también como trabajo para el blog. Estoy leyendo ahora mismo una trilogía pactada con su autora, por lo que pronto habrá un nuevo Desgranando... . Espero que tengáis tantas ganas de leerlo como yo de redactarlo.

Para terminar, os voy a sugerir cinco libros que he leído durante mi vida y me han gustado especialmente y, por lo tanto, os recomiendo leer durante la cuarentena:

  •  Orgullo y prejuicio (Jane Austen)
  •  La metamorfosis (Franz Kafka)
  •  El príncipe de la niebla (Carlos Ruiz Zafón)
  •  Memorias de Idhún (Laura Gallego García)
  •  El gato que curaba corazones (Rachel Wells)

Solo me queda mandaros muchos ánimos, y desearos a todos que pase rápido esta situación y sin nada que lamentar. Que tengáis una feliz cuarentena 💙