¡Hola de nuevo!
Así es, soy yo, Viale. Después de varios meses de estar
prácticamente desaparecida por fin estoy de vuelta, con las pilas cargadas
hasta arriba y motivación que me sale hasta por las orejas.
Mi intención no era publicar esto hoy, sino volver con una
reseña que tengo pendiente desde hace meses (por dios qué vergüenza) pero ya
que he estado ausente tanto tiempo no me parece correcto invadir ese espacio
hablando de mí, así que he decidido contar qué ha sido de mí, qué proyectos
tengo entre manos, mi estado actual, etc.
Hace unos meses publiqué una reflexión en la que hablaba de
mi experiencia como gerocultora, y en ella conté que estaba trabajando en aquel
entonces en una residencia en la que me sentía muy bien recibida. Bueno, por
supuesto que no es oro todo lo que reluce y poco a poco empezaron a surgir
algunos problemas de los que no voy a hablar hoy pero que resultaron en un
camino lleno de aprendizaje y cambios en mí. Terminé el mes de agosto cansada
física y psicológicamente y con una gran necesidad de espiritualidad y
reconectar conmigo misma. Pasé mucho tiempo a solas sin hablar de lo que me
ocurría realmente con nadie y reflexionando con mucha profundidad. Llegó un momento
en el que vi frente a mí una realidad que no podía ignorar porque me hablaba a
gritos: había llegado la hora de un cambio de vida. Necesitaba romper con todo
y empezar de nuevo, salir de mi adorada zona de confort y vivir experiencias
nuevas. Y pensé: “Creo que ha llegado el momento de seguir mi sueño”.
A pesar de las dificultades adoraba mi trabajo, pero sabía
que si continuaba siendo gerocultora nunca sería escritora. Es un oficio agotador,
física y psicológicamente y la poca energía que me quedaba después de acabar mi
turno la empleaba en actividades cotidianas, así que dedicarme a la escritura
estaba totalmente reñido con seguir así. A finales de septiembre se me presentó
una oportunidad, un tren al que llevaba tiempo esperando y que solo podía coger
o perder. Y aunque iba a toda velocidad me subí.
Hace tan solo unos días me mudé a un país en el que hace
mucho frío. Tengo la suerte de estar con alguien a quien quiero mucho y gracias
a su apoyo he podido venir aquí. Os parecerá una enorme locura lo que voy a
decir pero… tengo ahorros suficientes como para vivir un tiempo y dedicarme a
la escritura, al blog, al proyecto que inicié durante el confinamiento y sobre
todo a aprender y formarme en todo lo que pueda. Quiero ser escritora y he
decidido apostar por ello, dedicar todo mi tiempo a escribir, leer y estudiar
para seguir mi sueño. Cuento con el apoyo de todo mi círculo cercano y eso me
llena de alegría además de unas ganas enormes de comerme el mundo. Estoy llena
de inseguridades, no lo voy a negar, pero me motiva mucho el pensamiento de
vencer mis propios obstáculos. Sé que no va a ser un camino de rosas, que va a
ser complicado y habrá momentos en los que lo pase mal, pero todos y cada uno
de ellos lo valdrán.
Sobre mi formación
Hay algo de lo que quiero hablar más en profundidad.
Comentaba que quiero estudiar y formarme pero, al tener un presupuesto
limitado, no tengo muchas posibilidades. Sin embargo he sido un poco camicace y
he hecho una inversión: me he
inscrito a un módulo del taller de escritura creativa de la Escuela de
Escritores de Madrid. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas y creo que el mejor
momento para hacerlo es este. Empiezo el 3 de noviembre y, qué voy a decir,
tengo miedo pero me muero de ganas. He pensado que hablaré de mi experiencia en
el blog, va a ser distinto a lo que hago normalmente pero me parece interesante
guardar mis reflexiones y siempre pueden ser útiles para futuros interesados.
A su vez, he comprado varios libros de escritura para
complementar el curso, sobre técnicas y métodos para mejorar la escritura,
incluso guías específicas para ciertos géneros (no hay sitio para spoilers
aquí). Lo completaré con videos, podcasts y artículos de otros blogs, seguiré a
otros escritores experimentados, etc.
Y por último, debo cuidar este blog. No es ningún secreto
que el pobre es más feo que un dolor y admito que no tengo conocimientos
necesarios para hacerlo atractivo y profesionalizarlo, que es mi objetivo. He
pedido asesoramiento a algunas personas bastante más profesionales que yo y a
quienes tengo en muy buena estima para que me guíen y ayuden con ello y así
llegar a sacarle mejor partido y dejar atrás lo “cutre”.
En conclusión…
Tengo a mi favor mucho tiempo, ganas y algunos recursos que
bien aprovechados pueden suponer un gran impulso.
Tengo en mi contra la
falta de experiencia, escasos recursos, poco hábito de trabajo y algunas
inseguridades a las que no quiero hacer ni caso.
Debo decir, sinceramente, que me parece de lo más
emocionante enfrentarme a las adversidades y estoy deseando encontrarme
problemas y retos para superarlos. Y todo ello porque veo una gran luz que me
llama: mi sueño, convertirme en escritora.
PS: Espero que no
me odiéis por haber escrito semejante parrafada. Lo siento, no he podido
evitarlo 😊
Encantada de verte por aquí de nuevo. Venía buscando uno de tus relatos del reto Literup, pero para nada me siento decepcionada. Me has enganchado hasta el final más que algunos de los relatos que acabo de leer. Enfréntate a todos tus miedos, cambia tus hábitos de trabajo y ponle mucha ilusión, lo demás irá viniendo. Y aprovecha la ayuda que te brinda, por lo visto, la gente que te quiere.
ResponderEliminarSaludos