viernes, 15 de noviembre de 2019

Escribir para desahogarse


¡Hola a todos! 

Llevo un buen rato sentada mirando la pantalla, con los dedos sobre el teclado esperando recibir "la iluminación divina" que me diga sobre qué escribir, pero no ocurre y sé perfectamente por qué.

Llevo así toda la semana, buscando un tema concreto sobre el que hablar o pensando alguna historia o poesía de las mías. No es falta de inspiración ni un bloqueo como aquellos de los que hablé en una de mis primeras entradas (ésta en concreto), sino que tiene más que ver con un estado de ánimo que se está alargando tal vez demasiado. Por esta razón sí, he escrito esta semana, pero no creativamente sino para desahogarme. Muchas veces pensamos que hay que escribir solo para contar historias, expresar opiniones o describir hermosos sentimientos, nos perdemos en buscar la manera artística de hacerlo y olvidamos que escribir es la mejor manera de soltarlo todo.

Como humanos que somos, tenemos sentimientos y éstos pueden llegar a ser muy fuertes, a veces llegan a nublarnos la vista y a "entorpecer" nuestras vidas. Alguna vez en nuestras vidas todos hemos estado tan enamorados que no podíamos dormir o comer, tan tristes que no queríamos levantarnos de la cama, o tan furiosos que hemos descargado contra, tal vez, alguien que no lo merecía. Nada de esto en nuevo para nadie.

Aunque no haya que reprimir nuestros sentimientos (desde luego que jamás hay que hacerlo), no es sano dejar que se apoderen de nosotros hasta tal punto.

Por eso os doy un vialeconsejo: Cada vez que sintáis algo demasiado intenso, escribid sobre ello. Escribid para contároslo, soltarlo, entenderlo y sanar. Nadie tiene que leerlo, hacedlo para vosotros mismos. 

Es tan terapéutico como necesario tomar una pausa, respirar y plasmarlo todo sobre un papel. Recomiendo hacerlo de la forma tradicional, con papel y boli. Mientras escribimos, nos estamos enfocando en el sentimiento y eso crea adrenalina. Al mover el boli la estamos canalizando y sale de nosotros, creando una sensación de calma y desahogo. Después lo leemos y nos damos cuenta de que hay mucho más tras esos sentimientos de lo que percibíamos en un principio, estamos reconectando con nuestro corazón. 

A veces, incluso lo que escribimos es hermosos sin querer. 

Mucha gente recomienda quemar el papel después de escribir, o destruirlo de alguna manera. En mi opinión esto es poco menos que un sacrilegio. No es malo recordar en el futuro como nos sentimos aquella vez, tal vez llegue a ser un apoyo y referencia. Además de que, como he dicho antes, puede que hayamos creado algo verdaderamente bonito. Sea como sea, cualquier cosa que hayamos escrito es digna de ser conservada.

Sin embargo hay muchas veces que no sabemos cómo empezar, así que os voy a dar algunos tips que a mí me funcionan:


 -Busca un momento en el que estés solo, la privacidad es esencial para poder desahogarse sin temer nada.

 -Si no sabes cómo empezar, identifica la frase o palabra que más se repita en tu cabeza.

 -No taches ni borres, recuerda que lo que escribes es solo para ti y cualquier cosa que digas está bien.

 -Utiliza el lenguaje que tú quieras.

 -Si hay más personas implicadas en tus sentimientos (por ejemplo, alguien te ha ofendido) escribe imaginando que hablas con esa persona, dirígete a ella y dile todo lo que quieres decirle.

 -No pares de escribir hasta que no te quedes completamente vacío.

 -Ten un cuaderno o diario al que recurrir cuando quieras escribir sobre lo que sientes.



Contadme si recurrís a esta práctica o si os gustaría hacerlo. 

Recordad que un corazón hay que cuidarlo igual que la piel o cualquier órgano vital.

Y sobre toso, que lo último que quede tras desahogarnos sea una sonrisa.

Feliz fin de semana.




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