viernes, 20 de septiembre de 2019

Bloqueos



Hola y ¡feliz viernes!

Aquí estoy de nuevo y debo confesar que llevo desde el martes un poco preocupada porque no sabía sobre qué escribir. He barajado muchas ideas pero ninguna terminaba de convencerme. Así que inevitablemente he llegado a esta conclusión: estoy bloqueada.

Hace tiempo que lo siento, dejé intuir esta idea en la primera entrada y ahora la hago oficial, estoy pasando por un periodo de bloqueo creativo que me está impidiendo desarrollarme como escritora. Es fácil catalogar esto como "falta de inspiración" pero creo que es más que eso. A parte de no encontrar temas sobre los cuales escribir ni tener ideas para historias, percibo este bloqueo creativo en más ámbitos de mi vida diaria como por ejemplo la solución de problemas.

Tristemente creo que he llegado a este punto porque me he "robotizado".

¿Qué quiere decir esto?

Todo el mundo sabe que los robots no tienen conciencia, sino que funcionan siguiendo patrones para los que han sido programados. Queramos o no admitirlo a nosotros los humanos también nos ocurre. Vivimos sujetos a un sistema en el que se nos ha dado desde que nacemos una serie de pautas sobre las que dirigir nuestras vidas, comenzando en el colegio: apréndete este tema para la semana que viene y luego haz un examen (que por supuesto tienes que aprobar), memoriza las respuestas que están en los libros, trabaja esta asignatura aunque no te guste (lo más probable es que en el día de mañana no la vuelvas a utilizar), y una vez hagas todo esto olvídalo y ve a por el siguiente examen. Después del colegio haz lo propio en institutos y universidades, paga mucho dinero por aprender a hacer exámenes... y luego llegan los trabajos. Creo que todos estaréis de acuerdo conmigo en que el mayor valor que puedes aportar en la mayoría de trabajos (no todos) es cumplir con tu cometido. 

Comenzamos nuestro paso en el mundo laboral con ilusión, cansados de estudiar y memorizar conceptos que probablemente hayamos olvidado ya, motivados porque vamos a hacer "lo que nos gusta", y además vamos a cobrar por ello... ¡maravilloso!

Pasan los meses, los años, y la rutina se nos adhiere tanto a los huesos que acaba formando parte de nosotros y romperla se convierte en algo impensable. Y esto, amigos, es la zona de confort. 

Sigue pasando el tiempo, cada vez estamos más cansados y acostumbrados a hacer lo mismo cada día, y en nuestros ratos libres dedicarnos a nuestra vida personal, limpiar la casa o lo que sea. Pero claro, eso esta bien porque recibes un sueldo al final de cada mes que te permite comer, vestirte, etc. Pero... ¿qué ha pasado en nuestras cabezas? 

EL TEDIO SE HA COMIDO NUESTRAS IDEAS.

Personalmente esto es lo que me ha ocurrido... me he vuelto una máquina de cumplir con lo que debo hacer, que es trabajar, estudiar y ocuparme de mi entorno, pero sin darme cuenta dejé de estimular mi imaginación. Y ahora no tengo ideas. Sin embargo, después de muchas reflexiones y de largas conversaciones de madrugada he decidido ser valiente y romper mis costumbres, cuestionar mis creencias y salir de mi zona de confort, porque este paraíso de nubes acolchadas es un veneno para mi creatividad. 

Y hoy, un día más, aunque no tengo nada innovador que decir, me aventuro a dejar de hacer lo más cómodo para mí y optar por algo que me cuesta más, que es más difícil pero que me va a hacer sentir una enorme satisfacción.

"Si quieres ser escritor... ESCRIBE"

Este post ha sido un poco gris, y no ha salido como esperaba (de hecho tengo la sensación de haber empezado con una cosa y acabado con otra) pero me quedo con lo positivo:

Me he desahogado.

He expresado un pensamiento que tengo desde hace bastante tiempo.

He abierto un tema en el que me gustaría seguir profundizando en posts futuros.

He cumplido con mi objetivo de hoy.

Le he hecho trabajar a mi cerebro.

He recordado una vez más por qué estoy aquí.



¡FELIZ FIN DE SEMANA! 😘

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